Cómo Silenciar Esa Vocecita Molesta que Tienes en la Cabeza (Y Por Fin Vivir en Paz)

Por Fredy Serna Mejía – Coach, Mentor y Facilitador en Procesos de Transformación

¿Reconoces esa sensación de tener un comentarista deportivo en la cabeza que nunca se calla? Ese que te dice que no eres suficiente, que los demás lo hacen mejor, que deberías preocuparte por esto o aquello. Pues hoy te quiero compartir cómo mandarlo a callar de una vez por todas.

Esa Vocecita que No Te Deja en Paz

Mira, voy a ser súper honesto contigo. Durante años pensé que era normal vivir con esa charla constante en la cabeza. ¿Tú también? Es como tener un compañero de cuarto invisible que opina de todo lo que haces, dice y hasta piensas.

«Ay, no deberías haber dicho eso», «mira cómo le va a fulana, y tú aquí», «seguro pensaron que eres un tonto», «¿y si esto sale mal?». ¿Te suena familiar?

Resulta que esa vocecita tiene nombre y apellido: se llama ego parlanchín. Y aunque no lo creas, no está ahí para fastidiarte (aunque a veces lo parezca). Está ahí porque cree que te está protegiendo. El problema es que se le fue la mano y ahora es más molesto que útil.

La buena noticia es que sí se puede regular. No estoy hablando de volverse un robot sin emociones, sino de aprender a manejar esa charla interna para que no te controle la vida.

Te Cuento una Historia que Me Cambió la Perspectiva

Hace unos años conocí a un señor en un taller. Llamémosle don Roberto. Este hombre llegó súper estresado, con ojeras hasta el suelo y las manos temblándole. Me contó que no podía dormir porque su mente no paraba de darle vueltas a todo.

«Es que no puedo apagarla», me decía. «Desde que me levanto hasta que me acuesto, es puro pensar y pensar. Me cansé».

Le pregunté: «Roberto, ¿alguna vez has intentado pelearle a un perro que está ladrando?» Me miró raro. «Obvio que no, porque ladraría más fuerte», me respondió.

«Exacto. Pues tu mente es igual. Mientras más le pelees, más fuerte grita. Pero si aprendes a… digamos, acariciarla en lugar de gritarle, se va calmando solita».

Después de tres semanas practicando lo que te voy a enseñar ahorita, don Roberto regresó. Parecía otra persona. «Es que ya no peleo conmigo mismo», me dijo. «Ahora cuando mi mente se pone pesada, respiro hondo y la dejo pasar como si fuera una nube».

Eso es lo que quiero para ti.

¿Qué Significa Realmente Autorregularse?

Olvídate de las palabras complicadas. Autorregularse es básicamente aprender a ser tu propio mejor amigo en lugar de tu peor enemigo. Es como ser el papá o la mamá paciente de tu propia mente cuando se pone caprichosa.

Imagínate que tu mente es un niño de 5 años que está haciendo berrinche en el supermercado. ¿Qué funciona mejor: gritarle «¡CÁLLATE!» o agacharte, mirarlo a los ojos y decirle «ya sé que estás cansado, respira conmigo»?

Obvio la segunda, ¿verdad? Pues con tu mente es igual.

La autorregulación emocional no es convertirte en el Dalai Lama de la noche a la mañana. Es más bien como aprender a manejar: al principio tienes que pensar en cada movimiento, pero después sale solito.

La Técnica que le Cambió la Vida a Miles de Personas

Esta técnica me la enseñó un maestro hace años, pero yo la adapté para que funcione en la vida real. La llamo «Respira como si tu vida dependiera de ello» (porque a veces sí).

Es súper sencilla:

1. Agarra aire contando hasta 4 – Imagínate que estás oliendo la flor más rica del mundo
2. Aguanta 2 segundos – Como cuando estás a punto de hacer algo emocionante
3. Suelta el aire contando hasta 6 – Como si estuvieras soplando velas de cumpleaños, pero lentito

Mientras haces esto, pon una mano en el pecho y otra en la panza. No sé por qué funciona, pero funciona. Es como si tu cuerpo le dijera a tu mente «oye, tranquila, que estamos bien».

Hazlo 9 veces seguidas. ¿Por qué 9? Porque sí. A mí me gusta el 9, y además he visto que funciona mejor que 5 o que 10. Confía en el proceso.

Los Tres Lugares Donde Tu Mente Se Vuelve Loca

En la Cabeza: Cuando No Paras de Darle Vueltas a Todo

¿Conoces esa sensación? Es como tener 20 pestañas abiertas en el navegador de tu cerebro. Todo al mismo tiempo: el trabajo, los hijos, la plata, la pareja, la familia, el futuro, el pasado…

Qué hacer: Cuando te pille la marabunta mental, haz la respiración que te enseñé y repítete: «Mis pensamientos son como carros en una carretera. Puedo verlos pasar sin subirme a todos».

En el Corazón: Cuando Te Sientes Ansioso o Bravo

A veces es como si tuvieras un nudo en el pecho, ¿cierto? O como si alguien te hubiera puesto una banda elástica alrededor del corazón y la fuera apretando de a poquitos.

Qué hacer: Pon las dos manos sobre el corazón, respira profundo y dite: «Aquí estoy, estoy bien, mi corazón sabe cómo estar en paz». Suena cursi, pero funciona.

En el Cuerpo: Cuando Andas Todo Tenso

Los hombros hasta las orejas, la mandíbula apretada, la espalda como tabla. Tu cuerpo está gritando «¡auxilio!» pero a veces no lo escuchamos.

Qué hacer: Estírate como si fueras un gato que se acaba de despertar. Mueve los hombros, abre y cierra la boca, sonríele a esa parte de tu cuerpo que está tensa. Sí, sonríele por dentro. Parece raro, pero esa parte ha estado cuidándote y merece un poquito de amor.

El Experimento de los 21 Días (Que Funciona de Verdad)

Mira, yo sé que a veces uno lee estas cosas y dice «ay sí, qué bonito» y después no hace nada. Pero te voy a dar un reto que sí puedes cumplir.

Durante 21 días (que es lo que necesita tu cerebro para crear un hábito nuevo), vas a hacer esto:

Cada mañana, antes de agarrar el celular:
– Practica la respiración 4-2-6 por 7 minutos (ponle un timer)
– Consigue un vasito con agua y mírate en él como si fuera un espejo
– Pregúntate: «¿Qué necesito hoy para sentirme bien?»

Cada noche, antes de acostarte:
– Otra vez la respiración 7 minutos
– Mírate en el vasito de agua y pregúntate: «¿Hoy le hice más caso a mi corazón o a mi ego?»
– No te juzgues, solo observa

Lo del vasito no es cosa rara. Es para que te veas a ti mismo y te reconectes. Como cuando eras niño y jugabas a mirarte en los charcos.

Trucos para el Día a Día

Antes de Leer los Mensajes

Tres respiraciones profundas y dite: «Voy a leer con calma y a responder desde el amor». Te juro que cambia todo.

Antes de una Reunión Fea

Tócate el corazón con la mano y sonríe poquito. Recuerda que eres más que tu trabajo y que todo va a estar bien.

Cuando Te Compares en Redes Sociales

Cierra los ojos, suelta el aire largo y dite: «Cada quien tiene su proceso, yo voy a mi ritmo y está perfecto así».

## Preguntas que Te Van a Hacer Pensar

Estas no son para responder rapidito. Siéntate con un cuadernito y contéstalas de verdad:

1. ¿Cuál es esa frase que siempre te repites cuando te sientes menos que otros?
2. ¿En qué parte del cuerpo sientes primero cuando necesitas que te aprueben?
3. Si tu ego fuera tu amigo preocupón, ¿qué te estaría tratando de cuidar?
4. ¿Cómo sería tu día si esa vocecita se callara por una horita?

Escribe las respuestas y después léelas en voz alta. Hay algo mágico en escuchar tu propia voz diciendo tu verdad.

Por Qué Esto Funciona (Sin Rollo Científico)

Tu ego no es malo. Es como ese amigo sobreprotector que no te deja salir porque «de pronto pasa algo». Al principio sus consejos eran útiles, pero ya se le fue la mano.

Cuando aprendes a calmarlo en lugar de pelearlo, empiezas a escuchar lo que realmente te quiere decir: «Solo quiero que estés seguro y que no te lastimen».

Una vez que entiendes eso, puedes decirle: «Gracias por cuidarme, pero ya estoy grandecito. Puedes relajarte».

Y ahí es cuando pasa la magia. Empiezas a sentir esa paz que no depende de que todo esté perfecto. Esa confianza que no necesita que otros te digan que estás bien. Esa tranquilidad de saber que, pase lo que pase, tú estás bien contigo mismo.

Tu Nueva Realidad Empieza Aquí

Cada noche cuando hagas tu ritual del vasito de agua, Acuérdate de que no estás haciendo algo raro. Estás entrenando tu cerebro para la paz. Como cuando vas al gimnasio para los músculos, pero este es para la mente.

Cada vez que eliges respirar profundo en lugar de reaccionar de una vez, estás construyendo una versión nueva de ti. Una versión más tranquila, más segura, más libre.

Lo Que Viene Después

Esto de aprender a callar la vocecita molesta es apenas el primer paso. En próximas entregas seguiremos dando contenidos para que continúes en esta maravillosa travesía de transformación personal.

Pero por ahora, celebra esto: ya tienes las herramientas para vivir con más paz. Ya no tienes que ser víctima de tu propia mente. Puedes elegir en qué poner atención y cómo reaccionar.

¿Vas a intentar el reto de los 21 días? Porque te aseguro que tu vida va a cambiar. No de la noche a la mañana, pero sí poco a poquito, hasta que un día te des cuenta de que esa vocecita molesta ya casi ni habla. Y cuando lo haga, ya sabes cómo calmarla.

La tranquilidad que buscas no está en que todo salga perfecto. Está en aprender a estar bien contigo mismo, sin importar lo que pase afuera.

Fredy Serna Mejía – Coach, Mentor y Facilitador en Procesos de Transformación
«Donde encuentras paz contigo mismo, encuentras tu verdadero poder»