DANDO SENTIDO A LO QUE HACEMOS

Historia: Cuentan que un hombre en la edad media, andando se encuentra a un picapedrero y le pregunta ¿qué haces?, a lo que éste responde ¿cómo así es que no ves? Aquí picando piedra al sol y al agua.

Continúa su camino y se topa con un segundo picapedrero a quién le hace la misma pregunta, ante lo cual éste segundo le responde: Aquí picando piedra al sol y al agua, ya que necesito vivir y dar sustento a mi familia.

Continúa su camino y se encuentra un tercer picapedrero, a quien le repite la pregunta, ¿Tú que haces?, ¿Yo?: Aquí picando piedra al sol y al agua, con este trabajo vivo y doy el sustento a mi familia, además con mi labor estoy contribuyendo al desarrollo de las ciudades, para la construcción de casas, hospitales, colegios y que haya vías entre los pueblos.

Observa que había tres picapedreros haciendo exactamente lo mismo con algo que sin lugar a dudas marcará la diferencia.

Veamos:

Sin lugar a dudas en algún momento de tu vida te has sorprendido a ti mismo haciendo una tarea sencilla, humilde, y sientes que estás sobre perfilado para algo tan básico y dudas incluso, de si algo estarás aportando a la humanidad.

 

Cuando te sientes así tienes varias posibilidades:

    • La primera vivir desde el enojo y el aguante, emociones que te llevan a la desmotivación y desvalorización, no sólo de lo que haces, sino de ti mismo. Lo más triste te invade un sentimiento de inutilidad y de pensar que estás condenado a lo que estás viviendo y que ese es tu lugar en el mundo.
    • La segunda posibilidad no es tan distinta a la primera, sólo que aquí cambiamos enojo y aguante por resignación, es posible que no estés en conflicto y viviendo desde el dolor y el resentimiento, pero es claro que trabajas para sobrevivir y aunque ciertamente tienes un noble sentimiento: ser un gran proveedor para tu familia o para ti mismo, en este caso sería interesante que te preguntes si tus seres queridos no requieren ver en ti mucho más que eso.
    • Por último, encontramos una actitud del todo liberadora, la del tercer picapedrero que ejecuta la misma tarea a los dos anteriores, con seguridad las tareas y los procedimientos son los mismos, sólo que hay algo que marca la diferencia y es el SENTIDO QUE HA DADO A SU LABOR, “trabajo al sol y al agua, gano el sustento para mí y mi familia, además hoy contribuyo a que los pueblos tengan casas, hospitales, colegios y que haya vías entre los pueblos” 

Si logras conectar con la última respuesta podemos sacar dos conclusiones:

  • Si eres trabajador autónomo, serás muy productivo para ti mismo, y la abundancia y prosperidad económica con seguridad te rodearán. ¡¡¡Y si trabajas para una empresa, wahoo!! que privilegiada ya que debes ser uno de los empleados más productivos y apreciados por compañeros y líderes.
  • La segunda deducción: Debes ser una persona muy feliz y que contagias a todos los tuyos de tu alegría de vivir y de servir, pues se nota que tienes conciencia que tu trabajo es un servicio para otros.

Ahora permíteme te comparto algunas preguntas:

¿Tú con qué picapedrero te identificas?:

  • Si estás en los primeros dos grupos, no te preocupes, preciso por eso hoy te ha llegado esta píldora para la felicidad, lo grave no es cómo estás hoy, lo grave sería que no quisieras cambiar de lugar. Sólo tienes que animarte a comprender que la tarea que haces por humilde o importante que sea, tiene un sentido y propósito para ti, para la humanidad y para la historia. Como ejercicio puedes empezar a listar qué efecto sobre los demás tiene tu trabajo, cómo estás ayudando, y si te cuesta identificarlo, apóyate en quienes te rodean y pregúntales qué ven de importante en lo que haces.
  • Ahora si estás en el tercer grupo: grandioso, sólo debes ser consciente que en ocasiones te puede visitar el cansancio, la incertidumbre y el aburrimiento, y es ahí cuando debes conectarte con aquello que siempre te ha motivado. A ti también te motivo a que hagas un listado de lo grandioso de tu trabajo, para cuando te ronde la desmotivación, eches mano del listado y te recuerdes a ti mismo por qué es tan importante lo que haces.

Finalmente recordarte que aún queda por agregar a la motivación de tu trabajo, así como el tercer picapedrero añadió al final, “CONTRIBUYO A…  que hayan hospitales, vías, casas, etc.” yo diría:

 

“Y CON MI ACTITUD SOY UN INSPIRADOR PARA QUE OTROS TAMBIÉN AMEN LO QUE HACEN Y COMPRENDAN QUE SU LABOR APORTA Y HACE HISTORIA”.